Cuando empecé a nadar competitivamente hace casi 30 años, no podía vencer a nadie en distancias cortas. Pero mientras más nadáramos mejor para mi. Otras personas parecían cansarse más rápido. Así que me podía catalogar como un nadador de distancia. Era la primera y más simple de muchas cosas que he aprendido de mi experiencia en 30 años.
Rápidamente decidí que si mi más grande recurso como nadador era ser relativamente incansable, entonces mientras más incansable e implacable fuera mi brazada, más exitoso sería. Este fue mi fundamento guía en todo el bachillerato y la universidad. En la universidad, mi mejor prueba era la milla, 66 vueltas en una piscina de 25 metros.
Cuando la nadé por primera vez en 1968, mi tiempo era aproximadamente 22 minutos. Por 1970, la nadaba en 18 minutos. El registro americano en ese tiempo era aproximadamente 16 minutos. Aunque la nadé por 2 años más en la universidad nunca fui más rápido. Pero esa experiencia me enseñó algo que más tarde utilicé como entrenador de un nadador que la hizo en 15 minutos.
Como nadador universitario, nunca recibí lecciones de técnica, pero sí me dieron entrenamientos largos y duros. Así que era un nadador bien acondicionado, pero ineficiente. Ahora hago aproximadamente 17 brazadas en 25 metros, antes me tomaba 24-25 ó aproximadamente 1600 brazadas en una milla. Mi lógica era que para nadar la prueba más rápido, debería mejorar mi condición para hacer esas 1600 brazadas más rápido y más duro. Nunca hubo alguien que me sugiriera que tendría una mejor oportunidad de ir más rápido si por ejemplo, aprendía a nadar la prueba en sólo 1100-1200 brazadas (como lo hago ahora).
Así que cada día iba a entrenar con una sola meta: nadar tan duro como pudiera y mover mis brazos tan rápido como pudiera por 6000 yardas, creyendo que mientras mejor me volvierá en esa tarea y mientras más dolor pudiera tolerar, mejor lo haría cuando pudiera concentrar todo ese esfuerzo en sólo 1650 yardas. Y fui muy hábil en eso. Más de un nadador me dijo después de una prueba: "nunca he visto a alguien moviendo sus brazos así de rápido por tanto tiempo sin cansarse." Esa frase funcionó muy bien por varios años hasta que pegué contra una pared fisiológica. Años de esfuerzo puro me habían puesto en la mejor forma que era capaz de alcanzar. Alcancé el límite de que tan duro y rápido puedes bracear mientras nadas esa distancia.
Al mismo tiempo, tenía un compañero de equipo que nadó braza. Yo siempre pensé que era perezoso porque, mientras yo braceaba furiosamente, el se movía de arriba a abajo de la piscina a lo que parecía un paso lento, braceando largo y fácil. De vez en cuando me decía "no sé cómo trabajas tan duro" y yo pensaba "sólo imagina cuan rápido podrías nadar si tan sólo trabajaras más duro." Pero curiosamente, sus mejores tiempos calificaban para los Nacionales mientras que los míos nunca estuvieron cerca.
Había una lección que nunca aprendí hasta que me convertí en entrenador. Son las brazadas más largas y no las más rápidas las que hacen un mejor nadador. Dos estudios separados han demostrado esto empíricamente. Un especialista en biomecánica de la Universidad de Penn State en Estados Unidos, hizo un análisis en ordenador de cada nadador en la Olimpiada de 1988. Y un grupo de investigación de la Universidad de Rochester analizó los resultados de cada prueba en los selectivos para el equipo olímpico de Estados Unidos el mismo año. Ambos estudios buscaban lo que distinguía a los nadadores más rápidos de los más lentos (ser más rápido y más lento términos relativos; todo estos nadadores eran de nivel mundial). Ambos estudios llegaron a la misma conclusión. En cada prueba los nadadores más rápidos hicieron menos brazadas.
Pero hacer menos brazadas no es simplemente "restar" brazadas. Estos nadadores podían nadar más rápido en menos brazadas porque comprendieron cómo hacer que su cuerpo viaje más allá cada vez que dan una brazada. Hay dos maneras de conseguirlo: una es empujar tu cuerpo más allá a través del agua maximizando el poder propulsivo en cada brazada. A esto le llamaremos CREAR propulsión. La otra es "permitir" que tu cuerpo viaje más allá con cada brazada minimizando el arrastre o ELIMINAR.
De las dos, ELIMINAR te proporciona aproximadamente 70% de oportunidad de incrementar tu longitud de brazada, mientras que CREAR ofrece sólo 30%. Así que para mejorar tu estilo de natación, siempre debes abordar primero el tema de eliminar y los cambios en tu habilidad de crear deben quedar en segundo término. Sin embargo normalmente nos acercamos a la técnica de natación en el orden opuesto.
Tu puedes mejorar tus habilidades de eliminar si te concentras en cambiar la posición de tu cuerpo. Las habilidades de crear tienden a enfocarse en cómo remamos con las manos (aunque mucha de tu habilidad para maximizar el poder realmente se encuentra aprendiendo a usar los músculos del tronco trabajando en una mejor coordinación con los músculos del brazo). Cuando pensamos en nuestra técnica de natación, siempre pensamos primero en las acciones del remo de las manos.
La eliminación del arrastre se mejora de tres maneras:
Balanceando el cuerpo.
Nuestros pies y piernas tienden a hundirse debido a la composición del cuerpo, un efecto llamado "fuerza rotatoria del cuerpo". Por cada incremento en la fuerza rotatoria hay un decremento lineal en el costo de energía por nadar, que causa la mayor cantidad de arrastre. Así que la mejor oportunidad de reducir el arrastre es reducir la fuerza rotatoria, o balancear el cuerpo de manera que las caderas y piernas viajen tan altas come el tronco.
Haciendo el cuerpo más largo.
Cualquier ocasión que aumentas tu longitud, reduces el arrastre.
Volteando el cuerpo de costado.
Un cuerpo apoyado en el costado deja que el agua resbale mucho más fácil que un cuerpo apoyado en el estómago, de nuevo se reduce el arrastre.
¿Y qué pasó con el nadador que entrené para nadar una milla en 15 minutos?
Por varios años en su adolescencia temprana, hice que estableciera un muy bajo número de brazadas a bajas velocidades y continuamente practicaba cómo "intercambiar" estratégicamente la distancia por brazada por rapidez conforme iba más rápido.
Aprendió cómo nadar con la mayor eficiencia posible a cualquier velocidad. Cuando creció, podía aplicar su fuerza incrementada y forma física a la fundación de una brazada económica, de manera que sus gastos de energía siempre produjeran la mayor rapidez. Cuando nadó el 1650 en 15 minutos, necesitó menos de 1000 brazadas para terminar la prueba.
Bracea más largo no más rápido, eliminando el arrastre mediante una posición corporal creativa y nadarás más rápido también. (triathlonperu)